Delia Rubio Art: THE SUPERLOVE HURTS SERIE

THE SUPERLOVE HURTS NUM.1 BLANCO

Nunca se había preguntado porqué le gustaba tanto el blanco; ni siquiera se molestaba en elegir color.

Si algo era blanco se convertía en perfecto, le devolvía la paz, se mezclaba entre su mundo unicolor sin problemas.

Nunca se preguntó cómo pudo liarse con alguien que le gustaran tanto los colores, al que él amaba en blanco, pero tenía que compartir con el naranja y el azul turquesa. Su mundo blanco se sintió invadido, desordenado, infiel. Un día, en el desayuno se hizo pedazos entre la mermelada de fresa y los melocotones. Esa mañana dolió.

NUM.1

(25x25x4) Trozos de porcelana blanca después de romper un vaso.

Sobre cartón. Enmarcado en vitrina blanca.

(NO DISPONIBLE)

THE SUPERLOVE HURTS NUM.2 TRANSPARENTE

Pensaba que iba a durar eternamente porque así tenía que ser, su marido era fuerte, podía con todo, y aunque durante los últimos años se peleaban, él siempre le acercaba la cara para darle un beso; ella le decía bruto y casi se dejaba rozar por ese beso rápido pero de los de corazón. Pocas veces permitió que el amor se transparentara.
Un día le comunicaron que su marido ya no estaba, que no habría más besos bruscos, ni discusiones por nada, que el fuerte no lo era tanto; que su corazón, de tan intenso, le había fallado.
Ella sintió que todo se acababa, pero resultó que la fuerte era ella y aguantó las punzadas de la pérdida sin permitir que el dolor se transparentara.

*Mamá te quiero, eres una valiente. Hoy cuatro años y sigues siendo la más fuerte.

NUM.2
(25x25x4) Chinchetas transparentes sobre cartón.
Enmarcado en vitrina blanca.

(NO DISPONIBLE)

THE SUPERLOVE HURTS NUM.3 AMARILLO

Calmarla era más que imposible, el orden era su prioridad; casi lo único que la serenaba; amaba los objetos, los elegía con mimo y los cuidaba como si fueran humanos. En cambio, él, era todo lo contrario, acumulaba sí, pero sin ningún amor por el orden, le daba igual en línea que amontonado, con arrugas que sin.
Intentó predicar con el ejemplo, alinear lo amontonado con el tacto del amor, del orden que a ella le daba respiro; era un trabajo doble, del que una mitad era inútil y la otra agotadora.
Nada fue tan doloroso como cuando aquel jarrón, el amarillo, su preferido, acabó hecho añicos por un cúmulo de algo que no pudo soportar.

NUM.3

(25x25x4) Trozos de cristal, después de romper un jarrón amarillo, sobre cartón

Enmarcado en vitrina blanca.

(DISPONIBLE)

THE SUPERLOVE HURTS NUM.4 SUERTE

Aquella mañana cuando se miró al espejo pensó que no estaba nada mal para su edad, que tenía suerte; el amor a su cuerpo era tal que olvidó el tiempo que pasaba mirándose en los diez aumentos del cristal. Cincuenta parecían treinta y así quería seguir; en su ADN estaba su suerte.
El día que el espejo se le cayó de las manos, acabó con esa cadena mágica y se odió a si misma por interrumpir su fortuna por una casualidad que no podía soportar mirar.

NUM.4
(25x25x4) Trozos de espejo roto sobre cartón.

Enmarcado en vitrina blanca.

(NO DISPONIBLE)

THE SUPERLOVE HURTS NUM.5

No quería contarle a nadie que le dolía mirarla.
Que hablarle pinchaba.
Tocarla era imposible.
Imaginaba que su aroma le envolvía; lo grababa en su cerebro para disfrutarlo después.
Construyo su amor con imágenes, que él hacía realidad uniendo sentidos.
Fantaseó con un afecto dorado que olía a mar; dibujó un perfil que casi podía tocarse y todo junto le supo a amor.
Entonces, a pesar del dolor, mirarla fue suficiente.

NUM.5

(25x25x4) Chinchetas doradas sobre cartón.

Enmarcado en vitrina blanca.

(DISPONIBLE)

THE SUPERLOVE HURTS NUM.6 CORTAR

Desde hace tiempo notaba que la cosa no iba bien; sentía que se dejaba llevar.
Su amor de a diario, su dedicación, no le servían de mucho. Ella notaba que una línea muy fina; semejante a la que produce una afilada cuchilla los estaba separando. Las líneas entre semana eran soledades; el sábado falta de conversación y supermercado.
Un día, alguien le dedico una sonrisa, se interesó por su tiempo, que por entonces se encontraba invadido por líneas muy finas de generosidad desatendida, y poco a poco, la semana se encogió; llegar al viernes tuvo un sentido y un domingo, mientras recogía la mesa le dijo: será mejor cortar, a mi ya no me queda piel libre de marcas.
El respondió, no me había dado cuenta.

NUM.6

(25x25x4) Cuchillas de afeitar sobre cartón.

Enmarcado en vitrina blanca.

(NO DISPONIBLE)